sábado, 13 de diciembre de 2014

EL ORIGEN DE LA CASTA

Pablo Iglesias es un tipo majete. Tengo que reconocer que me cae bien.  No sé si por ese aire melómano, por su melena envidiable o por haber irrumpido en la arena política española con la misma contundencia que Paquirrín en un wok chino.  Alumno aventajado de Maquiavelo y Gramsci, Pablo Iglesias ha construido un mensaje alrededor del descontento y desazón que invade a la ciudadanía, que cansada de sufrir ataques de pánico a lo Tony Soprano ha visualizado en el avezado politólogo un mensajero mesiánico que dota de contundencia e intelectualidad la indignación de la gente. En su discurso, acuñando un término de la estratificación social, ha señalado e identificado a los culpables, la Casta.


Gran parte de esta Casta está formada por las élites políticas. Desde una perspectiva del poder, la Casta, son aquella minoría de la sociedad, organizada y dirigente, que ostentan el poder político. Se trata de una diferenciación que históricamente en la sociedad española separa los que sobresalen de la masa desorganizada, lo que implica inherentemente una desigualdad (¿necesaria?) entre los ciudadanos. Las élites políticas, al igual que la sociedad, han ido transformándose, organizándose en la actualidad básicamente en el Partido Popular y en el PSOE. Cabe decir que sus orígenes son totalmente distintos, tanto social como económicamente, pero su funcionamiento han acabado convergiendo de una manera sorprendentemente parecida. Internamente son organizaciones políticas que funcionan mediante el "lameculismo" y el despachito de influencias, la veneración al lider de turno y el proselitismo de sus intereses partidistas. Ya lo dijo Guerra, " quien se mueva no sale en la foto". 


El régimen del 78


La actual Casta tiene su origen en la Transición española. Vanagloriado y exaltada hasta la saciedad, el régimen del 78 lleva legitimando el estatus de la panda de chorizos que en la actualidad componen las élites políticas y económicas de nuestro país, incluido el Rey, of course!!. El proceso político que llevó a España hacia la democracia no fue fruto de una ruptura con el régimen y ni de una imposición o reivindicación que proviniera desde abajo, es decir desde el pueblo. La Transición fue un chanchullo que idearon la Casta tecnócrata del franquismo, de hecho fue liderada por un franquista y el heredero institucional de Franco, donde se pactó con diversos sectores del régimen y la oposición (débil) democrática.



Por un lado, el poder político conocedor del agotamiento del franquismo, abogó por un proceso de cambio hilvanado y controlado desde arriba. Cuarenta años de dictadura habían dejado una oposición débil y fragmentada y una mayoría ciudadana despolitizada todavía timorata a la hora de pronunciarse sobre política. Por otro lado, el poder económico necesitaba un terreno de juego  distinto al de la autarquía de la España de Franco para alcanzar las expectativas propias de los capitalistas de entonces, esto era entrar en las Comunidades Económicas Europeas. A esto le añades un líder sociata impuesto y financiado desde Alemania, un par de burgueses catalanes y un comunista exiliado ...vualá tenemos el paso a la democracia.  Reconozco que es una manera muy poco científica para describir la Transición, pero desde una mirada retrospectiva esta es su cara B. Es obvio, que gracias a la Transición nos quitamos algo de caspa, se controló al ejercito y se superó el famoso ruido de sables, pero resulta igualmente obvio que  mediante la Constitución Española se ideó un régimen que ha favorecido a unos cuantos privilegiados y que en cierto modo fue un reparto de poder para superar las viejas rupturas de España (izquierda-derecha, centro-periferia, república-monarquía, religión-laicismo).


La decadencia del régimen se ha evidenciado mediante los casos de corrupción. Financiación ilegal de los partidos, puertas giratorias, cuentas en B, Andorra, Suiza, Gurtel, Campeón, Mercurio, ERE's, Pretoria...la lista es interminable. 


La hora del Pueblo

No digo nada que no se sepa si comento que la crisis ha golpeado con gran virulencia a la sociedad española. Paro, recortes, desahucios...contrasta de manera obscena con los casos de corrupción que han destapado la opulencia y el despotismo de la Casta política española. No se salva ni uno. Creo poder aseverar que la Casta del régimen del 78 tiene los días contados y que turnismo bipartidista (del cual pienso hacer una entrada en el blog) está en plena caída. 


A pesar de los informes PISA y de la proliferación de los NiNi, nos encontramos ante la generación mejor preparada de la historia de España. Mientras nos han dejado gente de abajo se ha ilustrado. Por otro lado, los avances tecnológicos y la socialización de la información han propiciado que nos hallemos ante una ciudadanía con capacidad para informarse más allá de los medios de comunicación de masas. Y por último ha surgido un nuevo actor político, PODEMOS, que con un diagnóstico concreto y acertado ha conseguido aglutinar millones de simpatizantes alrededor de su discurso, haciendo tambalear la hegemonía ideológica de la Casta. Ahora ya no podemos decir que todos son iguales, existe una alternativa que va más allá de sacar la mandurria (como hace el nuevo líder socialista, Pedro Sánchez) y reformar la Constitución.

 Es necesario un nuevo proceso constituyente, que plantee otro pacto social, más limpio, más transparente, con más soberanía para el pueblo. Para ello es necesario que el pueblo se empodere ,(powerment, que decimos los politólogos), que tome conciencia que ellos son la piedra angular de cualquier sistema democrático, que los gobernantes han de rendir cuentas y pagar las consecuencias si lo hacen mal, en fin democracia, democracia y democracia. Algunos nos la tienen secuestrada y ya es hora de poner fin a este síndrome de Estocolmo.




1 comentario:

  1. Estimado Óscar:

    He leído con gran atención tu post.... Creo entrever que estarías de acuerdo con la realización de un proceso constituyente!!!

    Un beso

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