viernes, 24 de febrero de 2017

COMEMIERDAS

Los días pasan y ya por inercia te sometes a tus quehaceres cotidianos, a cultivar tus afectos cercanos y a asumir con cierta indolencia toda la mierda que nos rodea. Sí, MIERDA, en mayúsculas, ese enorme zurullo de color marrón, chusco, cilíndrico y maloliente en el que se ha convertido este despropósito de Estado Español. Está claro que la evacuación de la materia fecal es un acto tan íntimo como placentero. La pequeña dilatación del ano (o no tan pequeña), el descanso del peso aliviado son instantes que nos ponen la piel de gallina.
Sin duda, cagar es un pequeño momento de felicidad. Pero amigo, otra cosa es comerse la mierda. Lo cual nos convierte en algo muy asquero, muy guarro y muy cochino. Y bien, así como el que no quiere la cosa, ayer acabamos el día habiéndonos comido la mierda de la sentencia de Urdangarín, no había habido suficiente con la de la Infanta, y el enorme mojón del cambio arbitrario del Fiscal General de Murcia que investigaba al Presidente autonómico de la región. No sé, pero a veces tengo la impresión de que ser ciudadano del Estado Español es como vivir en un infinito festín estercolado. 
Efectiamente, nos comemos la enorme boñiga de que el partido más corrupto gane las elecciones una tras otras, el gran truñaco de la manipulación de los medios, la excreción de sindicatos como CC.OO y UGT, la deyección en nuestros derechos laborales, el bipartidismo, Susana Díaz, Fernández Vara, Rajoy, Aznar, Felipe, la familia Real, Rato, Blesa, los Pujol, Mas, Bárcenas, y un largo etc. Mierda, mierda y más mierda. Y nosotros ahi, como dementes fecales tragando mierda de esta gran cagada en la que vivimos.
Como en V de Vendetta, diría que muchos son los culpables de que este país sea un Wok para comemierdas, pero para encontrar a uno no hay que ir muy lejos, bastaría con mirarnos al espejo. Somos nosotros los que hemos elegido a nuestros gobernantes, también somos los que nos creemos las cosas como nos las cuentan desde los grandes medios, los que en las fábricas nos preocupamos más por si tenemos un día de fiesta porque operan a nuestro cuñado que por defender nuestros derechos, en fin, somos nosotros los principales culpables. 
¿ Y esto en que nos convierte?. Sí crack, lo adivinastes, en un COMEMIERDA.